Puede ser un desafío, hacer un seguimiento de varios dispositivos eléctricos para ver cuáles están funcionando actualmente y cuáles pueden estar a punto de fallar. El sistema NILM (monitoreo de carga no intrusivo) del MIT está diseñado para ayudar, utiliza sensores y un tablero de computadora para rastrear el estado de los circuitos en lugares como fábricas, edificios altos o incluso barcos.
En el corazón del sistema se encuentra un sensor que se monta en la parte exterior de un solo cable dentro de un circuito eléctrico; ese cable no tiene que ser cortado o empalmado. El sensor procede a monitorear la corriente que pasa a través del cable y rastrea la actividad de los diferentes dispositivos que se ejecutan en ese circuito. Es capaz de hacerlo según las fluctuaciones reveladoras en la corriente, que ocurren cada vez que se enciende o apaga cada componente.
En base a estas lecturas, el sistema puede determinar no solo cuándo y si cada dispositivo se está ejecutando (quizás cuando no es necesario), sino también si se está consumiendo más de lo normal. Esto último podría indicar que el mecanismo se ha vuelto defectuoso.
Los datos se transmiten a un Pc central, donde un panel de control en pantalla cuenta con diales para cada instrumento. Si la aguja en el dial de cualquier dispositivo está en la zona verde, entonces las cosas van bien, pero es posible que se requiera atención si la aguja oscila hacia las zonas amarilla o roja.
El sistema se probó el año pasado en la nave de corte de la Guardia Costera Spencer, en donde se usaron dos de los sensores NILM para monitorear aproximadamente 20 dispositivos diferentes. Cuando se descubrió que un "calentador de agua de camisa" en uno de los motores diésel estaba generando una cantidad sospechosa de energía, los investigadores revisaron y al retirar la cubierta de ese calentador, salía humo, con una corrosión severa y un aislamiento roto. Si no se descubre, ese calentador comprometido podría haber causado un incendio eléctrico.
El sensor que transmitió la advertencia lo hizo a través de una conexión por cable, aunque el sistema también puede operar de forma inalámbrica. No se requiere conexión a Internet, por lo que es poco probable que la red de comunicaciones sea hackeada por terceros.