Una foto para sanar: la IA que revoluciona el tratamiento de heridas

Imagina que con solo tomar una foto pudieras obtener el mejor tratamiento para una herida crónica. Eso es precisamente lo que está logrando ACE, una inteligencia artificial desarrollada en Galicia que promete cambiar la medicina tal como la conocemos. Su propósito es claro: ayudar a los profesionales de la salud a tomar decisiones rápidas y precisas, facilitando el cuidado de lesiones complejas como las escaras o el pie diabético.

La necesidad de una solución innovadora

En el Hospital Montecelo, los sanitarios se dieron cuenta de cuánto tiempo invertían en resolver dudas sobre tratamientos para heridas crónicas. No es para menos: el Servicio Gallego de Salud (Sergas) ofrece 64 medicamentos diferentes para tratar estas lesiones, lo que genera una cantidad abrumadora de combinaciones posibles. Elegir la opción correcta no siempre es sencillo, especialmente para quienes no son expertos en el área.

Fue así como nació la idea de ACE, un sistema desarrollado con el apoyo del Sergas, la Fundación Pública Galega de Investigación Biomédica Galicia Sur y Gradiant. Su objetivo es ofrecer a los profesionales de la salud una herramienta confiable para mejorar el tratamiento de heridas crónicas. Desde su inicio en 2017, este proyecto ha evolucionado hasta convertirse en un producto viable que, a finales de este año, estará disponible en el mercado como una spin-off.

Cómo funciona ACE

El proceso es simple: el sanitario limpia la herida, toma una foto con su móvil y la sube a la aplicación. A partir de ahí, la inteligencia artificial entra en acción, analizando los bordes y características de la herida, evaluando los tejidos y su estado. Con esta información, ACE sugiere diferentes combinaciones de medicamentos, asegurando que todas las opciones sean viables y adecuadas para el paciente.

Una de las grandes ventajas de este sistema es que no requiere equipos costosos ni tecnología avanzada. Basta con un teléfono móvil con cámara, incluso si tiene hasta siete años de antigüedad. Eso sí, las fotos deben cumplir ciertos criterios básicos, como buena iluminación y nitidez, para garantizar resultados precisos.

Además, ACE no solo recomienda un tratamiento, sino que también explica las razones detrás de su elección. Si dos heridas tienen características similares, el sistema proporcionará la misma recomendación basada en criterios claros y razonados. Todo el procesamiento se realiza en un entorno seguro en la nube, y las respuestas se generan en tiempo real.

¿Estamos listos para la IA en la medicina?

La llegada de la inteligencia artificial al ámbito médico plantea una pregunta importante: ¿estamos preparados para confiar en esta tecnología? Se espera que, para 2025, la IA dé un salto aún mayor, integrando avatares digitales capaces de interactuar con los pacientes, responder preguntas y ofrecer asistencia personalizada.

Sin embargo, hay preocupaciones legítimas. La privacidad de los datos médicos es un tema delicado, y muchas personas podrían sentirse incómodas al saber que su historial clínico está en manos de un sistema automatizado. Además, la confianza sigue siendo un desafío. No es lo mismo confiar en el médico de toda la vida que en un algoritmo, por muy avanzado que sea.

Lo que está claro es que la IA no sustituirá a los médicos, sino que se convertirá en una herramienta clave para mejorar su trabajo. Potenciará sus capacidades, optimizará el uso de recursos y permitirá diagnósticos más rápidos y certeros. La tecnología, bien utilizada, puede ser una aliada valiosa en la medicina, pero siempre con la supervisión y el criterio humano como pilares fundamentales.

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente